Puede parecer obvio, pero el hecho de que cada zona de la Tierra reciba luz solar en mayor o menor medida ofrece una doble ventaja. En primer lugar, la luz solar es una fuente de energía que se puede utilizar en cualquier lugar del planeta y llega incluso a lugares sin infraestructuras ni conexiones: por eso, en zonas aisladas, rurales, lugares remotos o de difícil acceso, el sol siempre es una opción. Además, gracias a la disponibilidad de luz solar, la energía solar puede ser utilizada por hogares individuales sin depender de otros hogares. Esto es muy difícil de implementar para otras fuentes de energía renovable, como la eólica. Una vez convertida en electricidad, la energía solar es muy sencilla de transportar. Esto significa que se pueden generar enormes cantidades de electricidad en grandes parques solares, quizás en zonas de la Tierra con los mayores niveles de luz solar, como el cinturón ecuatorial.